domingo, 2 de marzo de 2014

EL VALOR DE UN BUEN RECUERDO


Dicen que el tiempo vuela;
así es, cuando se lo permitimos
y corremos para alcanzarlo,
como el conejo blanco que va tarde
para todas partes y para ninguna.

Esa inmediatez tiene el encanto
de que siempre estás en el momento justo
para expresar lo que sientes
con una tarjeta o un mensaje virtuales;
pero al fin y al cabo, no están hechos
de átomos sin de bits,
y al primer desengaño,
seguido de un clic,
desaparecen en el ciberespacio.

En cambio, cuando haces el esfuerzo
de tomarte el tiempo para decirlo
a través de un detalle o una tarjeta
hechos de átomos,
disfrutas el tiempo de una manera diferente...
cuando esa persona,
dentro de muchos años,
reencuentre en su cajón de tesoros
esa tarjeta, gozará de nuevo
los recuerdos de ese día en que la recibió.
Como dice esta tarjeta.

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